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Expropiaci贸n o expoliaci贸n

El abuso al que est谩n permanentemente sujetos los mexicanos por parte de diversas instancias gubernamentales acaba de recibir un fuerte rev茅s.聽 Con su recomendaci贸n 4/96, dirigida al Jefe del Distrito Federal y al Presidente del Tribunal de lo Contencioso, la Comisi贸n de Derechos Humanos del Distrito Federal acaba de abrir la caja de Pandora. Se trata de un tema tan importante y de un abuso tan generalizado que vale la pena seguir la historia.

 

La recomendaci贸n se refiere a聽 la expropiaci贸n de un predio de dieciocho mil metros cuadrados en la esquina de Perif茅rico Sur y Avenida de los Insurgentes. La expropiaci贸n tuvo lugar en 1968 y, hasta la fecha, es decir 28 a帽os despu茅s,聽 no ha habido indemnizaci贸n alguna. El propietario del predio muri贸 y su hijo ha continuado con interminables litigios encaminados a tratar de obtener la reversi贸n del predio. Luego de agotar innumerables instancias administrativas y procesales, en 1992 el Tribunal de lo Contencioso finalmente dict贸 sentencia final en contra del Departamento del Distrito Federal, con lo cual se termin贸 con cualquier posible apelaci贸n.聽 La sentencia definitiva, sin embargo, no se tradujo en el final de la historia, puesto que a煤n cuando se requirieron veinticinco a帽os de litigio para que le fueran reconocidos sus derechos de propiedad al quejoso expropiado, ya casi vamos en treinta y todav铆a no recibe nada: ni reversi贸n de la propiedad ni la debida indemnizaci贸n.

 

La figura de la expropiaci贸n est谩 consagrada en la Constituci贸n, donde se permite hacer uso de este recurso 芦por causas de utilidad p煤blica禄. El mexicano, como todos los gobiernos del mundo, requiere de una figura como 茅sta para poder llevar a cabo desarrollos de infraestructura, calles, presas, parques, etc茅tera. Aunque utilizan distintos principios jur铆dicos, cuando un gobierno va a construir una carretera, por ejemplo, tiene que proceder a la expropiaci贸n de los predios a lo largo de los cuales se va a construir la misma. En esto todos los gobiernos act煤an de manera semejante. Lo que este caso revela, sin embargo, es que el gobierno mexicano ha sido extraordinariamente abusivo tanto en el n煤mero de expropiaciones (y con el criterio con que se han llevado a cabo), como en el hecho de que expropia y no paga indemnizaci贸n alguna.聽 Valdr铆a la pena recordar aqu铆 la m谩xima aquella que establece que expropiaci贸n sin indemnizaci贸n es robo.

 

Si uno estudia la historia de la legislaci贸n que establece la figura de la expropiaci贸n, es relevante observar que la Constituci贸n de 1857 dec铆a que se pod铆a expropiar 芦por causa de utilidad p煤blica, previa indemnizaci贸n禄, en tanto que la de 1917 sufri贸 una peque帽a, pero muy significativa alteraci贸n. El art铆culo 27 de la Constituci贸n vigente reza as铆: 芦por causa de utilidad p煤blica, mediante indemnizaci贸n禄. El cambio de 茅nfasis ha constituido una verdadera licencia para expoliar, con lo que el gobierno no tiene que preocuparse por la indemnizaci贸n. En el caso que motiv贸 esta recomendaci贸n de la Comisi贸n de Derechos Humanos del D.F., el propietario lleva casi treinta a帽os pagando abogados sin que se le restituya lo que leg铆timamente le pertenece. S贸lo falta imaginar lo que le pasa a una familia a la que le expropian su casa -por todas las buenas razones que puedan justificarlo-, luego de lo cual tiene que pasarse d茅cadas litigando sin recibir indemnizaci贸n alguna. Seg煤n parece, la mayor parte de las personas que quedan en esta situaci贸n terminan por aceptar un p茅simo arreglo, luego de a帽os de perder el tiempo, simplemente por agotamiento, por falta de recursos o por desesperaci贸n.

 

Este caso en particular es muy interesante porque el propietario expropiado se ha dedicado a defender su inter茅s sin aceptar arreglos por fuera.聽 Su argumento en toda esta cadena de litigios, as铆 como en la queja que interpuso ante la Comisi贸n de Derechos Humanos del Distrito Federal, es que la ley obliga a la reversi贸n de un predio expropiado cuando 茅ste no ha sido utilizado para el prop贸sito arg眉ido en el decreto de expropiaci贸n en un plazo de cinco a帽os. El predio en cuesti贸n fue expropiado en 1968 para la construcci贸n del Instituto Nacional de Antropolog铆a e Historia en la zona arqueol贸gica de Cuicuilco. La construcci贸n, sin embargo, se llev贸 a cabo casi diez a帽os despu茅s, raz贸n por la cual una instancia legal tras otra fall贸 en favor del expropiado.聽 En t茅rminos jur铆dicos, el argumento del propietario ha sido avalado por los tribunales, con lo que la reversi贸n es lo que proceder铆a. La Comisi贸n de Derechos Humanos plantea una soluci贸n parcialmente distinta, en virtud de que el predio efectivamente ha sido constru铆do y en 茅l opera una instituci贸n acad茅mica, su recomendaci贸n es que se indemnice al propietario en dinero y, con ello, se concluya esta sucesi贸n de abusos.

 

Para el gobierno del Distrito Federal la recomendaci贸n implica un balde de agua fr铆a. Sus bur贸cratas se han dedicado a actuar sin l铆mites legales y a expropiar sin consideraci贸n alguna por d茅cadas, amparados en su poder pol铆tico, as铆 como en la facultad constitucional que no exige indemnizaci贸n previa. Basta recordar el caso del sismo de 1985 en que el entonces regente emiti贸 un decreto de expropiaci贸n de todos los predios afectados, en el cual se inclu铆an terrenos desocupados nada menos que en lugares como el Paseo de la Reforma. De no haber sido por el justificado escozor, as铆 como las interminables cr铆ticas que aquella acci贸n gener贸, la medida hubiese seguido su curso, sin m谩s.

 

Por lo anterior, el temor de las autoridades ante esta recomendaci贸n reside en que con ella se inicie un alud de quejas y reclamaciones de todos los expropiados de las 煤ltimas d茅cadas, poniendo al gobierno de la ciudad contra la pared, sin dinero para pagar y con muchas situaciones semejantes. A m铆 en lo personal me parece que 茅sta es la virtud de la recomendaci贸n. Lo importante es precisamente que se genere ese alud de quejas y reclamaciones para que la burocracia comience a percatarse de que existen l铆mites a su actuaci贸n que impone la vida en sociedad. El recurso de expropiaci贸n es necesario y plenamente justificado; su abuso, como en todos los 谩mbitos de la vida, lleva a excesos como el que se evidencia en esta recomendaci贸n. La Comisi贸n de Derechos Humanos ha hecho un inmenso servicio a la sociedad, marcando l铆mites y fungiendo al menos como modesto contrapeso frente聽 al abuso聽 que llevamos d茅cadas de padecer.